No Hay Luz Sin Oscuridad.

Salió corriendo y chocó con el plato, desafortunadamente tiró todo el helado que su tía les había preparado; ni siquiera pensó en detenerse, sólo quería llegar a su casa.Era una tarde calmada, en la que el Sol se había apaciguado un poco, el clima era el adecuado para salir a jugar al campo. Rafael vivía a cinco cuadras de la casa de su tía, se llevaba muy bien con sus primos y acostumbraban a jugar fútbol en el campo del fraccionamiento en donde vivían.Un día, Jordán, primo de Rafael, estaba en la tienda comprando dulces, cuando se dio cuenta de que Rodolfo, su hermano, se dirigía a la casa de Rafael para invitarlo a jugar fútbol; entonces Jordán detuvo a Rodolfo y le regaló unos cuantos dulces para convencerlo de no salir al campo, porque él se sentía cansado para jugar fútbol; sin oponerse, Rodolfo, aceptó la oferta.Rafael, se dio cuenta de que ya era la hora en que solían jugar fútbol y sus primos aún no llegaban a llamarlo, así que prefirió ir a la casa de su tía.Iba caminando por la banqueta, cuando un perro le empezó a ladrar,  Rafael no lo dudo y empezó a correr con mucha desesperación, lo único que quería era que ese animal dejará de seguirlo; ya había corrido cuatro cuadras y el perro seguía tras él, de pronto, como una luz en la oscuridad Rafael vio la puerta de la casa de su tía, lo que anunciaba su salvación. Cuando llegó a la puerta tocó con todas sus fuerzas y su tía la abrió en unos segundos, Rafael respiró tranquilamente y entró a la casa de sus primos.En cuanto vio a Rafael, Rodolfo, llamó a Jordán para que salieran a jugar; Jordán aún estaba cansado pero al enterarse de la “travesía” de su primo decidió hacer un esfuerzo para jugar fútbol.Antes de que los tres se pararan en frente de la puerta, Rocío, tía de Rafael y mamá de Rodolfo y Jordán, les ofreció helado para que no salieran con ganas de comprarse uno en la calle. Los tres niños disfrutaron de su helado mientras veían un partido de fútbol soccer en la televisión; de pronto el teléfono sonó, Jordán se levantó del sillón y contestó el teléfono, era la mamá de Rafael. Jordán había escuchado una gran noticia, hasta el momento poseía un secreto que le agradaría mucho a su primo. Rafael y Rodolfo ya sospechaban de lo sucedido, porque conocían muy bien a Jordán. Después de unos minutos Jordán decidió contar lo que la mamá de Rafael le había dicho­­­­­: Los padres de Rafael le habían comprado un nuevo balón de fútbol, pero no era un balón cualquiera, sino que era el Adidas F+50, era de color dorado y tenía un brillo asombroso.Después de que Rafael tiró el plato su tía se vio en la necesidad de limpiar todo el piso.En cuanto llegó a su casa, vio el hermoso balón que sus padres le habían regalado, quedó admirado, su sonrisa y sus ojos brillantes lo decían todo.

Rafael corrió a su cuarto y regresó a la sala con su balón “viejito” entre sus manos, sus padres pensaron que iba a tirarlo a la basura, pero, para su sorpresa Rafael tomó el balón nuevo y dijo—Tú te llamarás Luz, pero para que puedas existir tendrá que haber Oscuridad—el cual es el nombre que le asignó a su primer balón.

Con esto quiso decir que mientras que no jugara con su balón “viejito” no jugaría con su balón nuevo.