En lugar desconocido se encontraba un niño jugando con su imaginación, apretando con sus manos sus colores y pintando de una manera peculiar una hoja de papel. El niño, no sabía que estaba dibujando, ni porque estaba pintando, sin embargo, con gran anhelo continuo riendo y disfrutando ese momento tan agradable.Primero pintó muchas personas, como era un niño y no era un dibujante profesional hizo a todas las personas de diversas formas, lo único que tenían igual era su redonda cabeza. Pintó a algunas personas de color claro, a otras de color moreno y a otras de color negro. Después de hacer a todas las personas que pudo, dibujó el lugar en donde iban a vivir, comenzó por dibujar unos troncos de color café, al darse cuenta de que se miraban muy feos, decidió dibujarles un sombrero de color verde que les daría un toque más agradable a cada uno. Prosiguió dibujando grandes extensiones de tierra que estaban separadas por espacios en blanco, además dibujó animales, montañas, cerros, cuevas y una infinidad de cosas.Era increíble suponer como el niño no se aburría y no se cansaba de dibujar, como sus colores ya no tenían punta decidió ir a traer a su cuarto las pinturas que le había regalado su papá el día de su cumpleaños. Por un momento parecía que por fin el niño se había cansado de pintar y dibujar, pero no era cierto, sólo descanso un rato porque sus traviesas manos le dolían.Cuando nuevamente comenzó a dibujar, se le vino a la cabeza una idea un poco loca, pintó de un color celeste todo el espacio que había quedado arriba de las personas y de los lugares en donde vivían y después pintó una mancha circular de color amarilla muy brillante. El resplandor en los ojos del niño demostraba la gran diversión que le provocaba estar pintando tantas cosas, de estar jugando sin saber la razón, pero como todo un niño siguió dibujando sin preocupación. Conforme el tiempo avanzaba, el niño seguía poniendo detalles a su obra maestra. Leonardo Da Vinci, Minguel Ángel y Diego Rivera hubieran quedado sorprendidos al ver lo que ese niño plasmaba poco a poco en la hoja que tenía a su disposición.De pronto, la sonrisa del niño se convirtió en una cara de tristeza, buscaba debajo de los sillones de su casa, debajo de su cama, debajo de la mesa en donde estaba pintando y no encontraba el botecito que contenía la pintura de color azul.El niño acudió rápidamente con su mamá y le dijo lo que había sucedido, inmediatamente su mamá lo ayudó a buscar su pintura azul, sin embargo no la encontraron, así que corrió al sillón en donde su papá estaba leyendo el periódico, los ojos del niño ya tenían unas cuantas lágrimas que resistían su salida, su papá se dio cuenta de la gran angustia que el niño estaba pasando, así que decidió dejar de leer su periódico para ayudar a su hijo, desafortunadamente la pintura azul no apareció por ningún lado.El niño perdió en cinco minutos toda la felicidad que había adquirido al estar dibujando y pintando sin límites.Tomó una decisión muy difícil, tiraría a la basura la hoja de papel en la que estuvo pintando porque su dibujo no estaba terminado.Una gran sorpresa se llevó cuando estaba a unos cuantos pasos para llegar a la mesa en donde estaba, miró el botecito que estaba lleno de pintura azul, entonces, lo agarró y salió corriendo hacia la hoja de papel, desafortunadamente el niño tropezó con uno de sus juguetes y la pintura azul salió disparada hacia la mesa manchando la hoja que el niño había dibujado y pintado con mucha imaginación. Pensó que su dibujo se había echado a perder; cerró los ojos y caminó lentamente hacia la mesa para poder mirar con exactitud que había sucedido.Una gran sorpresa se llevó cuando descubrió que la pintura azul había caído únicamente en los espacios que él había dejado entre las grandes extensiones de tierra, el niño tomó la hoja y gritó de felicidad, su dibujo le había encantado y sin darse cuenta había dibujado al planeta Tierra, lugar en donde vivimos todos nosotros.No lo olvides, todas las personas somos diferentes, física y emocionalmente, sin embargo debemos de tolerar a todos los que no piensan como nosotros, porque sin ellos la vida sería un estereotipo que nunca cambiaría.
En lugar desconocido se encontraba un niño jugando con su imaginación, apretando con sus manos sus colores y pintando de una manera peculiar una hoja de papel. El niño, no sabía que estaba dibujando, ni porque estaba pintando, sin embargo, con gran anhelo continuo riendo y disfrutando ese momento tan agradable.Primero pintó muchas personas, como era un niño y no era un dibujante profesional hizo a todas las personas de diversas formas, lo único que tenían igual era su redonda cabeza. Pintó a algunas personas de color claro, a otras de color moreno y a otras de color negro. Después de hacer a todas las personas que pudo, dibujó el lugar en donde iban a vivir, comenzó por dibujar unos troncos de color café, al darse cuenta de que se miraban muy feos, decidió dibujarles un sombrero de color verde que les daría un toque más agradable a cada uno. Prosiguió dibujando grandes extensiones de tierra que estaban separadas por espacios en blanco, además dibujó animales, montañas, cerros, cuevas y una infinidad de cosas.Era increíble suponer como el niño no se aburría y no se cansaba de dibujar, como sus colores ya no tenían punta decidió ir a traer a su cuarto las pinturas que le había regalado su papá el día de su cumpleaños. Por un momento parecía que por fin el niño se había cansado de pintar y dibujar, pero no era cierto, sólo descanso un rato porque sus traviesas manos le dolían.Cuando nuevamente comenzó a dibujar, se le vino a la cabeza una idea un poco loca, pintó de un color celeste todo el espacio que había quedado arriba de las personas y de los lugares en donde vivían y después pintó una mancha circular de color amarilla muy brillante. El resplandor en los ojos del niño demostraba la gran diversión que le provocaba estar pintando tantas cosas, de estar jugando sin saber la razón, pero como todo un niño siguió dibujando sin preocupación. Conforme el tiempo avanzaba, el niño seguía poniendo detalles a su obra maestra. Leonardo Da Vinci, Minguel Ángel y Diego Rivera hubieran quedado sorprendidos al ver lo que ese niño plasmaba poco a poco en la hoja que tenía a su disposición.De pronto, la sonrisa del niño se convirtió en una cara de tristeza, buscaba debajo de los sillones de su casa, debajo de su cama, debajo de la mesa en donde estaba pintando y no encontraba el botecito que contenía la pintura de color azul.El niño acudió rápidamente con su mamá y le dijo lo que había sucedido, inmediatamente su mamá lo ayudó a buscar su pintura azul, sin embargo no la encontraron, así que corrió al sillón en donde su papá estaba leyendo el periódico, los ojos del niño ya tenían unas cuantas lágrimas que resistían su salida, su papá se dio cuenta de la gran angustia que el niño estaba pasando, así que decidió dejar de leer su periódico para ayudar a su hijo, desafortunadamente la pintura azul no apareció por ningún lado.El niño perdió en cinco minutos toda la felicidad que había adquirido al estar dibujando y pintando sin límites.Tomó una decisión muy difícil, tiraría a la basura la hoja de papel en la que estuvo pintando porque su dibujo no estaba terminado.Una gran sorpresa se llevó cuando estaba a unos cuantos pasos para llegar a la mesa en donde estaba, miró el botecito que estaba lleno de pintura azul, entonces, lo agarró y salió corriendo hacia la hoja de papel, desafortunadamente el niño tropezó con uno de sus juguetes y la pintura azul salió disparada hacia la mesa manchando la hoja que el niño había dibujado y pintado con mucha imaginación. Pensó que su dibujo se había echado a perder; cerró los ojos y caminó lentamente hacia la mesa para poder mirar con exactitud que había sucedido.Una gran sorpresa se llevó cuando descubrió que la pintura azul había caído únicamente en los espacios que él había dejado entre las grandes extensiones de tierra, el niño tomó la hoja y gritó de felicidad, su dibujo le había encantado y sin darse cuenta había dibujado al planeta Tierra, lugar en donde vivimos todos nosotros. No lo olvides, todas las personas somos diferentes, física y emocionalmente, sin embargo debemos de tolerar a todos los que no piensan como nosotros, porque sin ellos la vida sería un estereotipo que nunca cambiaría.
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